Esta fotografía la tomé en Riaño (León), antes de que el embalse hiciera desaparecer este precioso pueblo allá por los años 80 del siglo XX. Sirva como alegoría de lo que puede pasar con la cultura popular de nuestros terruños si no la conservamos ante los envites de los colonialismos de las modas y las multinacionales.

viernes, 15 de abril de 2011

RABELADAS

Las rabeladas son unas pequeñas coplillas, normalmente de tono jocoso y pícaro, que se suelen cantar sobre todo en toda la zona de contacto entre Palencia y Santander, quizás como forma de pasar lo más divertidas posibles las largas noches de los duros inviernos montañeses. Como su nombre indica, normalmente se interpretan solo con el rabel, un antiquísimo instrumento de origen remoto y confuso, aunque está claro que ya existía durante el período medieval. El rabel, hecho normalmente de tronco de haya y con dos cuerdas de crines de caballo, es un instrumento que se ha extendido sobre todo por las cumbres cantábricas, pero quizás sea en Cantabria donde más se ha hecho por su conservación, por ejemplo en la Asociación de Rabelistas Campurrianos o en los encuentros de rabel en el albergue de Olea, un pequeño pueblo cercano a Reinosa, de los que se puede encontrar algún disco por ahí (yo lo encontré, ¡milagro! en un gran centro comercial de Granada). Como se ha dicho, las rabeladas suelen tener un tono pícaro y jocoso (sin olvidar las estrofas dedicadas a la amada), normalmente para meterse con alguien que escucha, que a su vez responderá con otra coplilla, similar por ejemplo al uso de los trovos alpujarreños como objeto de chanza entre amigos o en guerra de sexos. Ofrezco dos vídeos como ejemplo de este singular instrumento. En primer lugar, unas rabeladas auténticas, cantadas acompañadas sólo por el rabel que toca el propio cantante. En este caso es un participante (desconozco por desgracia el nombre) que ganó el Concurso Pozu Jondu de Cantabria en el 2008 en la modalidad de rabel con unas rabeladas a lo pesao primero, y a lo ligero despues, ambas del Valle de Polaciones, notándose claramente los dos ritmos más usuales en las rabeladas.

Aunque como se ha dicho, las rabeladas originarias son acompañadas sólo por el rabel, algunos grupos han incorporado algún acompañamiento más que haga más dulce el sonido del rabel a oídos menos acostumbrados a su inconfundible y bella sonoridad. Se ofrece por eso, y como contraste del anterior, un vídeo de un grupo llamado Ramidrejos, que sonó a mediados de la primera década del siglo XXI, pero que creo, salvo que alguien me diga lo contrario, que no pasó del año 2006. En todo caso podemos intuir un grupo fresco en sus actuaciones, que interpreta en el SaugaFolk de Colindres del 2004 una rabelada a lo ligero, acompañada, además del rabel, con otros instrumentos como pandereta, cucharas y guitarra, con un resultado sobresaliente en su ejecución.

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