Salimos de la Península Ibérica para recalar en la tradición musical de Cerdeña, la bella isla italiana en la que destaca sobremanera su polifonia, un ejemplo único en el Mediterráneo de adecuación e instrumentación de la voz para crear unas composiciones tan bellas como sorprendentes. En Cerdeña no son tanto corales como pequeños grupos que interpretan canciones tradicionales o improvisadas que conforman un amplio repertorio vocal que revela un conocimiento ascentral de las estructuras musicales polifónicas. Hablamos de un tipo de canto, "a tenores" que se usa tanto para fiestas laicas como religiosas; un canto a capela, con una melodia entonada por un solista que canta un poema tradicional o improvisado, mientras las otras voces cantan acordes a menudo estáticos, con una nota concreta pero con mucha movilidad tímbrica. Es en defitiva, la sarda, una polifonía única en el ámbito mediterráneo, muy arraigada en la población de tal modo que se puede escuchar tanto en fiestas familiares como en teatros a cargo de grupos universitarios. Puede que sea difícil de apreciar la primera vez que se escucha, pero puedo asegurar que tras escucharla acaba enganchando por su especial tratamiento de la voz.
Para dar a conocer el canto a tenore de Cerdeña incorporo primero un vídeo de la Unesco en el que se presenta de forma suscinta (recuerdo que el canto a tenore está declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo que no es nada fácil, ni siquiera el flamenco tiene aún esa distinción), y luego para empaparse ya directamente de una pieza, una grabación de gran calidad de una actuación en Belgrado de los Tenores de Bitti. Los aplausos finales del público denotan la capacidad de emocionar y embargar con sus voces; si pueden escucharlos en directo se lo recomiendo; es algo que no se olvida fácilmente.
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